sábado, 2 de abril de 2016

PANDEMIA Z: SUPERVIVIENTES 005

Samanta gruñía, su mandíbula ladeada deformaba el ruido final que sus rasgadas cuerdas vocales provocaban, sus dedos ahora gélidos y torcidos asemejaban ramas muertas que deseaban ceñirse al cuello de Elsa. El golpe había afectado algo en ella, no estaba claro que, pero su frenético comportamiento de salvaje ahora era más parecido a la de los zombies de las películas, lentos y torpes, sin embargo la abogada no podía bajar la guardia, pronto tendría más compañía.
La guillotina estaba más cerca del cadáver de Samanta que de la letrada, pero una Elsa presa de una potente adrenalina desarrolló un reflejo animal capaz de dar un movimiento certero alejándose de las garras y tomando el aparato. Lo retajo hacia sí misma y vio que la afilada hoja estaba curva, producto del golpe el material se había deformado pero la clavija que anclaba el filo a todo el artilugio se mantenía fuerte. Elsa maldijo todo lo que conocía en su cabeza cuando Samanta poco a poco acortó distancia y la abogada del susto dio dos pasos hacia atrás.
Presa de un impulso asesino blandió nuevamente el segador de papel y lo estrelló de lleno contra el rostro de Samanta, en esta oportunidad el tabique y el labio superior quedaron literalmente en carne viva, sangre negra espesa y hedionda salpicó la pared en una miríada putrefacta. Los ojos de la otrora mujer de limpieza se reventaron dejando escapar un gel orgánico, su gruñido fue apagado pero rabioso “muérete mierda” susurró Elsa cuando, usando ambas manos, llevó el aparato de arriba hacia abajo finiquitando el lado derecho de su adversaria, la cuenca orbital quedo expuesta y más sangre gelatinosa invadió el pequeño espacio de las fotocopias. Entonces el sujeto de la ventana hizo su aparición.
Samanta casi se hallaba fuera de combate pero ahora un nuevo espécimen se posa frente a la abogada, que pese a sus serias heridas tenía la fuerza y agilidad suficientes para derrotar a una angustiada Elsa, el sujeto mostró los dientes en señal de ataque y enfiló hacia el cuello de la joven.
Ella retrocede, el avanza, ella tropieza, el aplasta el cuerpo de Samanta, ella toma lo primero que encuentra, el resbala con la sangre derivada de la primera atacante, Elsa lanza lo primero que encontró: un paquete de hojas bond por millar, el sujeto recibe el golpe directo en la quijada termina de caer cuando Elsa se repone en dos pasos, el reanimado sigue en su intento pero vuelve a deslizarse en la sangre, Elsa se sube a la encimera y esquiva al atacante, este da la vuelta pero la abogada ya había tomado distancia, para cuando el sujeto se repone y corre tras su presa esta ya se encontraba cerrando la puerta.
El pobre pestillo no aguantó más de 4 golpes antes de ceder, pero la puerta no se abrió, en el ínterin de tirarla abajo Elsa tomó la silla más cercana y trabo el avance, eso le daría más tiempo ¿pero a donde iras Elsa? ¿Realmente quieres salir? Ella quería vivir, le importaba más huir del edificio que lo que vaya a encontrarse afuera.
Mientras bajaba las escaleras pensaba en llegar a su auto, conducir a casa y refugiarse bajo su cama mientras devoraba todo lo que su nevera contenía, no sabía la realidad ni magnitud del fin del mundo, no imaginaba que depararía el destino para su camino, ella solo avanzaba por instinto.
Sin calcular los peligros de escapar ni revisar atravesó las puertas de su trabajo hacia el exterior. Un mundo gris se abrió ante ella, huellas de lucha por todos lados, autos volcados, sangre en las calles, partes irreconocibles de lo que fueron seres vivos, columnas de humo kilométricas que contaminaban el cielo de verano, olor a muerte y desesperación, casquillos de balas, lunas rotas y como banda sonora: cientos de gemidos guturales e irreconocibles que se acercaban curiosos a lo lejos
¿Elsa estas lista para el fin del mundo?


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